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La protección divina

Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.

34 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
su alabanza estará de continuo en mi boca.
En Jehová se gloriará mi alma;
lo oirán los mansos y se alegrarán.
Engrandeced a Jehová conmigo
y exaltemos a una su nombre.

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